MANGO I BANGLADESH

Hi ha quelcom que anomenem la responsabilitat social de les empreses. Hi ha històries d'èxit que molts s'esforcen a vendre a qualsevol preu.
Hi ha vides humanes que es perden quan el suposat joc del lliure mercat ens mostra la seva cara més brutal.
El 24 d'abril de l'any passat una fàbrica tèxtil es va ensorrar a Bangladesh i unes 1100 persones perderen la vida.
Allí es fabricaven productes per a moltes multinacionals i entre elles Mango. Fa una setmana es va conèixer una notícia positiva. La forta pressió internacional havia aconseguit que algunes d'aquestes grans empreses creessin un fons d'ajuda a les víctimes per valor d'uns 40 milions de dòlars. Com que evidenment la contribució era voluntària, Mango s'ha negat a formar-ne part.
Un gran diari nordamericà com ho és el New York Times se'n va fer ressó en portada el passat dia 31 de desembre, aquí els diaris n'han recollit ben poca cosa.
Aquí us deixo la informació recollida pel digital "Diario de Madrid" amb la reproducció de la portada del diari noramericà inclosa.

 Pocas veces una marca de moda española protagoniza la portada de Internacional New York Times. Sin embargo, hoy 31 de diciembre de 2013 han sido las marcas españolas de moda, con Mango a la cabeza, las que ocupan uno de los reportajes de investigación con el que abre el prestigioso rotativo estadounidense. Pero lejos de loas y alabanzas, el sector textil nacional es noticia por su negativa a compensar a las víctimas de la tragedia de Bangladesh. Significativamente, esta noticia ha pasado desapercibida en el panorama informativo nacional.

La primavera pasada Mango ordenó la producción de polos y otros artículos en Phantom Tac, Bangaladesh. El 24 de abril, el complejo de la fábrica Rana Plaza se derrumbó matando a más de 1.100 personas en el mayor desastre de la historia de la industria de la moda, recuerda el diario, al tiempo que apunta las causas de esta deslocalización de la producción: “los salarios son muy bajos y la presión para trabajar más rápido y más barato ha generado problemas familiares: edificios inseguros, condiciones de trabajo deficientes y violaciones salariales y laborales repetidas. Los consumidores saben poco acerca de estas fábricas”.

“Bajo una intensa presión internacional, cuatro marcas acordaron la semana pasada para ayudar a financiar 40 millones de dólares fondo de compensación histórica para las víctimas (...) Pero muchas otras marcas, como Mango, se han negado a contribuir al fondo. Mango argumenta que no es responsable porque no había formalizado una relación comercial con Phantom Tac” apunta la información firmada por Jim Yardley enviado espacial junto a Silvia Taulés a la sede de Mango en Parets Del Vallès (Cataluña) y Julfikar Ali Manik corresponsal en Bangladesh.

Pese a los argumentos del gigante textil español, los periodistas recogen argumento de los trabajadores que dan fe de la presión y las prisas que había días antes del accidente por el pedido realizado por Mango.

Bangladesh, Mango, New York Times