19/3/12

UN ARTICLE INTERESSANT: "LO QUE ME GUSTA Y LO QUE NO"

http://www.pensarlibre.com/ (Aqui l'enllaç amb el blog tot ell molt recomanable)


“LO QUE ME GUSTA Y LO QUE NO”
Paco Lapuerta
De Arthur Schopenhauer me maravilla casi todo. Su cosmopolitismo y su amplitud de miras, en primer lugar. Desde la más tierna infancia recibió una educación deliberadamente dirigida a la apertura hacia el mundo. Siendo niño viajó con sus padres por toda Europa. A los 9 años lo enviaron a vivir una larga temporada (que se prolongó dos años) en casa de un amigo francés en Le Havre, la ciudad portuaria de Normandía. A los 15 años estuvo varios meses interno en un colegio de Wimbledon, Inglaterra, y viajó por Bélgica, Holanda, Francia, Suiza e Italia durante casi dos años. Siendo ya adulto e independiente de sus padres, pasó larguísimos períodos en Italia, y antes de afincarse definitivamente en Frankfurt vivió en varias ciudades alemanas: Hamburgo, Weimar, Gotha, Dresde, Berlín, Munich y Mannheim. Hablaba y escribía perfectamente en alemán, inglés, francés e italiano. Conocía bien el español (tradujo a Gracián) y leía directamente en latín y griego. Se interesó, además, por la cultura india, y llegó a un conocimiento profundo de su literatura clásica. Era un apasionado de la ciencia, un voraz lector de periódicos, un amante del teatro y de la música. Tocaba todos los días la flauta dulce. Si a todo ello le sumamos el hecho de que era un magnífico escritor, ¿cómo no puede ser un modelo de referencia?
De su filosofía me gusta casi todo: su teoría del conocimiento (no podemos saber si el mundo real exterior se corresponde con la imagen que de él nos creamos), su metafísica de la naturaleza (la realidad que hay más allá de nuestro conocimiento del mundo ha de ser en cierta medida análoga a lo que sentimos de un modo inmediato en nuestro cuerpo, único objeto que conocemos desde dentro), su estética (el receptor del arte sale de sí mismo y olvida su propia existencia al tiempo que percibe lo universal en lo particular), su teoría de la libertad (nadie puede libremente elegir lo que quiere, ni dejar de querer algo que realmente desea, pues estamos sometidos a nuestra voluntad), su enseñanza sobre el saber vivir (lo que importa es lo que uno es, no lo que tiene ni lo que representa para los demás). De su ética me gusta la importancia que le concede a la compasión (único fundamento de la moral). Pero la ética de la renuncia que propone me parece absolutamente rechazable.
Puedo aceptar que la voluntad, esa fuerza innata que nos empuja a todo lo que hacemos, no la podemos controlar; más bien ella es la que nos controla. Lo que no acepto es que para dejar de sufrir a causa de ella se necesiten buenas dosis de aislamiento, ayuno, castidad, mortificación de la carne… y la comprensión de que este mundo es desdichado y miserable, de que no vale la pena vivir ni esforzarse, de que ni siquiera vale la pena esforzarse por morir; quien acepta esto, sometiéndose al poder curativo del dolor, puede llegar a doblegar la voluntad, según Schopenhauer. No es exactamente un resquicio por el que cualquier persona sensata quiera entrar. Es una libertad mínima -y no muy atractiva-, reservada para unos pocos. Tal vez reservada únicamente para los místicos.
Yo no soy un místico. Y pienso que no tenemos que oponernos a la energía que nos constituye. Hemos de sabe lidiar con ella, pero no oponernos. No oponernos al deseo. Simplemente, debemos saber estar a la altura del deseo.

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